Ya no me acuerdo mucho de los libros que leí cuando era más chica...
Papelucho, Perico trepa por Chile, 13 casos misteriosos, Ami, El Principito o Papaíto
Piernas Largas, sé que los leí y tengo una idea general y vaga en mi cabeza de
aquello.
Leerlos de nuevo sería una forma curiosa de recordarlos, porque mis
experiencias de vida son distintas. Tengo 30, ya no tengo 11, he conocido el
amor y el odio, he perdido amores, familiares, amistades, mascotas, de todo
(Hasta las llaves), básicamente nuestros cerebros han cambiado y nuestras
emociones también. ¿Qué pensé de Perico cuando iba llegando al norte de Chile?,
¿Qué me parecían en ese tiempo las enseñanzas o frases que daba El
principito?.
Quizás ahora que se acerca el verano sería buena idea tomar uno de esos
clásicos infantiles y darnos algunos minutos para recordar esos pequeños pasos
a la lectura que dábamos cuando el TV Cable era un lujo y siempre era mejor
volver con tierra hasta las orejas a la casa o leer algo de guata en la cama o
al lado del abuelo mientras él leía El Mercurio de Santiago. De paso, pueden
convidar a sus hijos a leer junto a ustedes y fomentarles la lectura. Digo yo
no más.
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