En el contexto de la Copa América han ocurrido diversos sucesos, que muestran un poco la forma de pensar inconsecuente que tenemos los Chilenos. Revisando por la web, no he podido ignorar una columna de opinión escrita por Daniel Arcucci, secretario de redacción de el diario trasandino La Nación, donde hace referencia al debate público que ha surgido en nuestro país tras el accidente automovilístico de Arturo Vidal y a la provocación hecha por Gonzalo Jara al delantero uruguayo Edinson Cavani, catalogado en las redes sociales como "El dedo de Dios". La columna llamada "Las dos caras de Chile" habla un poco sobre las reacciones ante los sucesos futbolísticos ligados a la Copa en desarrollo.
Esta es la reflexión hecha por el periodista:
"El camino desde el estadio La Portada hacia el hotel, cerca del Faro de La Serena, se hace denso por el tránsito del público que deja la cancha, pero en la radio de la camioneta no retumba el eco del gol de Agüero que definió la batalla entre la Argentina y Uruguay sino la noticia que de verdad conmueve a Chile: es el martes 16 por la noche, la Copa América apenas ha dado un par de pasos y, en su primer día libre, la estrella local, Arturo Vidal, acaba de estrellarse con su Ferrari, a más de 150 kilómetros por hora y con demasiado alcohol en su sangre.
Surge como inimaginable, a esa hora y en ese lugar, lo que bien podría ser un hashtag #una soluciónargentinaparaunproblemachileno. Lo que se imagina, al contrario, dado el prejuicio positivo sobre los hábitos de este país, es que Vidal se quedará detenido un par de días -sobre todo cuando se revela que maltrató a un carabinero, nada menos, después del accidente- y que la llamada Generación Dorada Roja se quedará sin uno de sus integrantes para lo que resta de la competencia.
Pero no.